30 de agosto de 2010

Humor Cordobés


Había un negro arriba de una higuera, y otro que pasaba le pregunta...
 - ¡Che Nero! ¿qué hacé aí arriba...?
 Y el de arriba le contesta:
 - Estoy comiendo mandarinas...
 El guaso le dice:
 - Pero si eso es una higuera...
 - Y a mí que me importa, si las mandarinas las traigo en el bolsío...


 Conversaban dos mujeres en la feria:
 - Por fin mi marido consiguió trabajo en una fábrica.
 - ¿Y cómo anda en su nuevo empleo?
 - Como pe' en el agua.
 - ¿Qué hace?
 - Nada.


  Llega el negro a la fábrica a buscar trabajo, el gerente le dice:
 - Lo que pasa es que acá hay poco trabajo....
 - ¡Justo es eso lo que ando buscando!

 Mi tío el actor es tan petiso que lo maquilla el pedicuro.


- ¿En qué andás ahora, varón?
 - Artículos del hogar, macho.
 - ¿Estás de vendedor en algún negocio o te pusiste un boliche por tu cuenta?
 - Ninguna de las dos cosas. Estoy vendiendo todo lo que tengo en casa.
 

 La mujer prueba el whisky de su marido y hace un gesto de asco:
 - ¡No sé cómo te puede gustar esta porquería!
 - ¿Ahora te das cuenta el sacrificio que tengo que hacer para chuparme?


  Al negro Juan lo internaron con una tos bárbara. La enfermera comentaba con
 otro paciente de la sala:
 - Este tipo nos va a volver locos. No sabemos qué darle para que no tosa más.
 - Y ... dele una purga, señorita.
- Pero... una purga no lo va a curar...
- No. Pero se va a cuidar mucho de toser.

Cómo sería de mala aquella suegra que cuando murió, le pusieron este epitafio:
- Aquí descansa doña Juana Eleuteria Inchona. En casa descansamos todos¨.


Un cordobés manda un fax desde Buenos Aires a la Docta advirtiendo a su amigo:
Perdí el tren, salgo mañana a la misma hora¨. El amigo le contesta:
- ¨Macho, no salgái a la misma hora que te lo vai a volver a perder¨.

En el cuartel:
 - Tome el clarín y salga.
- ¿Toco diana, mi sargento?
-No, si vai a leer el horóscopo.

 Llega un tartamudo, 'el lengua e' matraca' a una pajarería:
- Qui... qui... quiero  u...u... un lo... ro que... que... que  ha.... hable.
- Hablá bajito, macho, que me vai a echar a perder la mercadería.

 Con el lustrabotas:
- Viejardos los timbos, ¿no?
- Sí, ¿cómo lo sabe?
 - Le estoy lustrando las uñas.

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